Me tomé un río y seguís acá, riéndote en esta silla vacía, y el mozo en patas empieza a baldear. Y es lo de siempre... se dobla y se rompe. De noche todo es beso y carnaval, pero canta el gallo y nos hacemos maestros en este horrible arte de lastimar. Y ahí vamos, con este amor que no va ni a la esquina, buscando ciegos una tabla en el mar. Con este amor que mordió la banquina, cuesta arriba y pedaleando mal.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario